Por supuesto que voy a levantar esta copa: Mario Vargas Llosa acaba de recibir el premio Nóbel de Literatura. ¿Todavía hay que agregar que muy merecidamente? Desgraciadamente, creo que sí, y hay que agregar un par de palabras al respecto. Porque claro: a muchos les va a caer como una bomba esta noticia, y la popularidad de Vargas Llosa es, en muchos entornos, algo muy dudoso. Bien: yo no puedo arreglar disputas, pero sí que puedo dar mi comentario. A ver, pues.
Muchos de los que me conocen van a sorprenderse de lo mucho que me emociona que Vargas Llosa reciba el Nóbel. El motivo es que siempre he tenido un "pero" que ponerle al susodicho, y se los voy a seguir poniendo. Fuera del ámbito literario, muchas de sus posturas y perspectivas me parecen más que cuestionables, pero eso es lo de menos, porque este es un premio literario. Dejemos las cosas, pues, en la literatura.
Creo que Mario Vargas Llosa es un mal cuentista, un mal dramaturgo, un pésimo poeta y un ensayista bastante superficial. Bien, ¿entonces qué? Pues el asunto es muy sencillo: que nadie en este país, ni en muchos otros, podría negar que, más allá de este tipo de asuntos, Vargas Llosa es un genio cuando se trata de entrar al tema novelístico. Si alguien se decidiera a elegir las cinco mejores novelas escritas en el Perú, tengo por seguro que por lo menos tres serían de Vargas Llosa; y si se hiciera lo mismo con las de Latinoamérica, pues su nombre seguiría figurando en el listín. Como novelista, Vargas Llosa es imparable, es goma2, es devastador. Ya lo digo: un genio. Y cualquiera que haya leído La guerra del fin del mundo, La fiesta del chivo o La ciudad y los perros me dará la razón.
Así que, señores, voy a levantar esa copa y a brindar con orgullo por Vargas Llosa. Con muy sentido orgullo, déjenme agregar. Sus novelas se han abierto un lugar enorme en el panorama de la literatura universal tanto como en el de la latinoamericana; y más allá de eso, lo que de verdad importa es que ha escrito unas novelas que, no hay otra forma de decirlo, son de la puta madre.¿Otra copa? Pues vamos, hasta que se acabe la botella.
El único gran problema, ya se imaginarán, va a ser el tener que soportar a los propagandistas (que tienen más de panfleteros que de ninguna otra cosa) del amor a la patria, que cada día son más nacionalsitas e insoportables, y que van a amarrarse a este premio como se amarraron a la Malpartida o a Claudia Llosa para meternos su versión del amor por el Perú hasta por las orejas. ¡Qué asco! Pero olvidémosnos de ellos, al menos por hoy, que tenemos buenos motivos. Y lo diré con todas sus letras, esto que algunos pensaron que yo no diría jamás: "Salud, Vargas Llosa".
1 comentario:
Enhorabuena a Vargas Llosa, a los peruanos por extensión y, por supuesto, a la literatura en español, que es la verdadera vencedora de todo esto. No es que me entusiasme la parafernalia del Nobel, pero creo que podría/debería significar una interesante piedra de toque para el depauperado panorama narrativo actual.
¡Salud!...
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