Mostrando entradas con la etiqueta Pink Floyd. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Pink Floyd. Mostrar todas las entradas

sábado, 17 de septiembre de 2011

La del sábado: Pink Floyd - "Lucifer Sam"

Una semana de (muy) poca actividad... es lo que tienen las agendas, que carcomen la propia vida, que la disgregan sin dejar un rincón desde donde levantar el dedo medio y sacarle la lengua a la fatalidad de las horas que pasan. Pero no importa. No importa. Este sábado resacoso, que tendría que haber nacido muerto pero vibra a fuerza de latidos de vida, no vamos a dejar pasar nuestra tradicional rockola del delirio. A ver, a ver... ¿qué tenemos por aquí? Pues nada más ni nada menos que una pieza maestra, una de esas canciones que sirven tanto para marcar el compás de una tarde consumida por el abandono y la resignación como para dejarse llevar por el frenesí a la pista de baile. Lucifer Sam, psicodelia de la buena, mutilación mental de esas que cuando pasan te han dejado algo y se han llevado otro poco. En pocas palabras, Pink Floyd de los viejos tiempos, antes de que Syd Barrett soltase la posta de esta mítica banda inglesa. Dejo sonando a los clásicos mientras yo me vuelvo a encarar a la tarde, que ya cae sobre mí.



sábado, 5 de marzo de 2011

La del sábado: Snowy White - "Bird of Paradise"

Hemos vuelto, después de un fin de semana en silencio (ya lo digo, que estuve fuera de la ciudad) a retomar nuestro tradicional sábado con canciones, esos temas destinados a acompañar nuestras tristes y gloriosas resacas mientras tratamos de poner un pie delante del otro y retomar la vida a la que nos invitan las horas a medida que la noche vuelve a estar próxima. Y, acompañar esta tarde, he elegido una de mis favoritas, por poco escuchada o comentada que sea. Aunque más de uno conoce a Snowy White sin saberlo: guitarrista de blus de primera línea, y maestro a la hora de armar solos donde cada nota cae inesperada pero preciosamente, White (que alguna vez se llamó Terence Charles) ha sido la segunda guitarra de Thin Lizzy por algún tiempo, aunque muchos lo recordamos mejor por haber sido músico de apoyo de Pink Floyd en discos y giras, y luego de Roger Waters. También participó en el disco Wet dreams, de Richard Wright. En estas compañías, ya lo digo, ha ejecutado algunos de los mejores y más sentidos solos de guitarra de la historia del rock, y al que no me cree busque la versión de Another brick in the wall part II en vivo desde Berlín, concierto de Waters del 91. En todo caso, aquí se trata de algo distinto: un tema compuesto y cantado por él, con fraseos de guitarra que se asestan en el pecho de la audiencia como sendos puñales y con la compañía de los White Flames, su banda. Si valoran sus vidas, pongan play y echen a rodar este tema: las palabras, aquí, se quedan cortas.


sábado, 11 de diciembre de 2010

La del sábado: Pink Floy - "One of these days"

Y, ya que andamos de aniversario y demás gracias por el asunto, no podía faltarnos un poco de música para dar un poco de ambiente. Siendo sábado, ¿por qué no aprovechar nuestra manía resacosa de los fines de semana para elegir uno que caiga a pelo? No puede ser cualquiera, y en efecto no lo es: One of these days (del disco "Meddle") es, probablemente, una de las mejores composiciones de ese momento crucial en que la psicodelia tendió un puente hacia el rock progresivo; momento que, de más está decirlo, debe demasiado a Pink Floyd, que en este tema demuestran lo que puede hacer una banda compuesta de genios cuando se ponen a trabajar en equipo para componer, entre todos, una canción. El resultado es apabullante, formidable, acojonante: una demolición de los instintos que guarda, bajo la silueta del caos, una de las arquitecturas más complejas de las que la música es capaz, y que está en deuda con los clásicos. Por cierto: la voz que surge de pronto, hacia la mitad de la canción, es la de Nick Mason, el baterista de la banda: "One of these days, i'm going to cut you into little peices". En esta ocasión en particular, no dejaré de recomendarles que presten atención, también, al video: se trata de una animación dirigida por Ian Emes, y no sólo va muy bien con la música, sino que realmente te pone el mundo de cabeza abajo. Realmente, no pude elegir un mejor soundtrack para soplar la velas y, de paso, dejar secas un par de botellas, ¿no les parece? 

lunes, 30 de agosto de 2010

Nadie en casa... todavía


Y hay que decirlo así, porque los temas de The Wall, la ópera magna de un Pink Floyd que olía más a Roger Waters que a ninguna otra cosa, siguen tanen pie de guerra como hace cuarenta (¡CUARENTA!) años, desde que el disco apareció por primera vez en 1979, seguido muy de cerca por la película que dirigió Alan Parker y supervisó el propio Waters (demiurgo de esta obra maestra).

Agárreselos (al disco, a cada una de sus canciones o a la espectacular película) desde el ángulo que sea, y siempre habrá una buena cosecha. Es decir, que tanto la música como la literatura (por las buenas letras), la psicología como la filosofía, el análisis sociológico como el de miradas políticas tienen, todas y cada una de ellas, material de sobra que explotar. Diciéndolo en claro: que The Wall es, probablemente, el proyecto más ambicioso, penetrante, duro y rico de cuantos se han emprendido en materia musical, y hasta digamos que en muchas materias más. Claro, esto lo firmo yo, y de gustos y sabores... pues ya se sabe.

Decir todo esto en la espectativa, cada vez más llena de temblores de ansiedad, que genera la próxima gira de Waters, que según él será su despedida de los escenarios, y que volverá a poner en escena los viejos conciertos de Tha Wall (no dejen de ver el que hizo en Berlín un año después de caído el muro), es casi un suspiro de desgarramiento existencial para mí, he de reconocerlo. ¿Por qué no se anima a traer el show a tierras peruanas? Me pegaría un tiro en la rodilla porque lo hiciera. Y, en todo caso, dejo una canción del concierto de Berlín, Nobody home, para ir calentando los ánimos. No dejen de presar atención al solo de Snowy White, que es de los que se sienten desde el fondo.


martes, 20 de julio de 2010

La refutación del tiempo III: Apéndice

O, si prefieren, llámenlo "epitafio", ya que andamos enterrando tiempo, y con él nuestras cenizas, en el tiempo. La refutación del tiempo nos ha llevado, ya decíamos, a darnos con nuestros rostros, a reconocernos en el corazón del problema que hemos abierto, ya sea que empujados por el juego, el desgarro o la duda. Y porque creo que la argumentación filosófica no es sino uno de los tantos caminos que llevan a Roma, dejo dos canciones magistrales, compuestas cada cual por un genio de nuestro siglo, a manera de apéndice (o ya lo decíamos, de epitafio). El título de ambas canciones es Time: la primera es de David Bowie y la segunda de Pink Floyd (composición de Roger Waters). De más está decir que vale la pena prestar atención a la letra.




miércoles, 16 de septiembre de 2009

Un año de la muerte de Rick Wright.


Un día como el de ayer, un año atrás, recibí una de las noticias más duras de las que guardo memoria. Estando yo en Buenos Aires, me enteré por un amigo que me avisó desde Lima de la muerte de uno de los hombres a los que más he admirado y, de esa forma misteriosa que tiene la lejana admiración, querido: me refiero a Richard Wright, uno de los tecladistas más influyentes del siglo pasado y que participó activamente en la evolución y la renovación del rock progresivo al introducir cadencias y contrapuntos típicos del jazz al sonido de los sintetizadores y órganos hammond, a la vez que daba todo un nuevo sentido al uso de este tipo de instrumentos.
Hoy, la gente lo recuerda, indudablemente, como el que fuese tecladista y cofundador de la legendaria banda Pink Floyd; como miembro activo de la misma, participó en la composición de algunos de sus temas más memorables, sin olvidar que hizo por su cuenta algunos otros (The great gig in the sky es el ejemplo más notorio) de incomparable calidad de composición. Y, sin embargo, pocos somos los que, también, sabemos que hubo algo más, una carrera solista que, aunque breve, estuvo lleno de grandes y secretos tesoros. Una copa en alto, pues, señores, aunque el brindis llegue con un día de retraso: lo importante es, al fin y al cabo, ceder a la memoria de un hombre que, nadie puede dudarlo, fue grande. Salud, pues, por Rick Wright.

Incluyo, claro está, una canción de Richard Wright (Breakthrough), interpretada por él mismo junto a David Gilmour y su banda durante el Meltdown Festival organizado por éste. Espero lo disfruten.

lunes, 3 de agosto de 2009

Le Orme


Todos sabemos bien qué es lo que sucede cuando reúnes un poco de música clásica, otro algo de rock psicodélico, variaciones de jazz y, de cuando en cuando, de acuerdo a la receta, una dosis de alucinógenos: una música jodidamente buena y extraña. Es decir, rock progresivo, el Monstruo genial que nació de la todavía inocente psicodelia.

Ahora bien: es inevitable que, cuando nos hablan de rock progresivo, pensemos, automáticamente, en Inglaterra; y no es para menos: Emerson, Lake & Palmer, Genesis, Yes y Pink Floyd (cuando el proyecto musical se convierte en una nueva forma de interpretar la realidad) son ejemplos más que suficientes para demostrar quién la tiene más grande. Pero eso no significa que sean los únicos: Italia, país acostumbrado desde hace siglos a ver surgir "revoluciones" culturales, no se demoró en encender su propia antorcha, y muy pronto empezaron a sonar dentro de sus fronteras los órganos hammond, las guitarras distorsionadas y los mellotrones,.

Le Orme (literalmente, "Las huellas") se ubica entre las primeras bandas del nuevo rock psicodélico-progresivo de Italia. De algún modo, recuerdan, a la vez, a lo que fue el primer Pink Floyd (antes de que Syd Barrett partiese) y a lo que llegó a ser Emerson, Lake & Palmer en su momento más enfermo. No fueron, ciertamente, los mejores, y otras bandas como Banco del Mutuo Soccorso o los Premiata Forneria Marconi (el máximo exponente del género en Italia) lo superan por mucho, pero eso no les quita lo grandioso, lo excéntrico ni lo innovador. En fin, que hablamos de grandes, de una propuesta muy buena y sumamente original. Pero para qué se los digo yo: mejor escúchenlos a ellos.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...