O, si prefieren, llámenlo "epitafio", ya que andamos enterrando tiempo, y con él nuestras cenizas, en el tiempo. La refutación del tiempo nos ha llevado, ya decíamos, a darnos con nuestros rostros, a reconocernos en el corazón del problema que hemos abierto, ya sea que empujados por el juego, el desgarro o la duda. Y porque creo que la argumentación filosófica no es sino uno de los tantos caminos que llevan a Roma, dejo dos canciones magistrales, compuestas cada cual por un genio de nuestro siglo, a manera de apéndice (o ya lo decíamos, de epitafio). El título de ambas canciones es Time: la primera es de David Bowie y la segunda de Pink Floyd (composición de Roger Waters). De más está decir que vale la pena prestar atención a la letra.
martes, 20 de julio de 2010
La refutación del tiempo III: Apéndice
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