En Moby Dick estaba muy bien, porque eran otros tiempos, y dicen que es una buena novela (he de reconocer, muy avergonzado, que aún lo la he leído). Pero de Melville a esta parte, las cosas no parecen marchar muy bien para las ballenas, y los mares, como podría haber escrito Byron, parecen a punto de teñirse de rojo.
Al que no esté al tanto de la noticia, pues ahí les va un panorama general del asunto: la Comisión Ballenera Internacional (CBI), integrada por 88 países, va a reunirse este próximo mes de junio en Marruecos para discutir una propuesta según la cual la caza de ballenas sería legalizada (por primera vez en 24 años, si no me equivoco) por diez años, en forma controlada, y con el curioso argumento de poder tomar las riendas de la situación ballenera actual, pues no pueden controlar los estándares de caza que existen de momento. Bueno, a lo mejor y no estaría de más informarles que, de hecho, la caza actual es en su mayor parte ilegal, descontando las actividades balleneras de países como Japón o Noruega, que practican la caza de ballenas aprovechando los espacios confusos que, entre línea y línea, están en los tratados firmados que prohíbe dicha actividad.
Pero bueno, ¿en qué andamos? ¿Es que acaso los extremistas (algo dados al idiotismo) de Greenpeace llevan la razón? Sea como sea, la situación puede ser alarmante. Les mentiría si les dijera que estoy cien por ciento al tanto de los pormenores (especies y territorios que se proponen para legalizar la caza, por ejemplo), pero lo cierto es que, tomando en cuenta que prácticamente no hay especie de ballena que no esté en peligro de extinción, o siquiera en estado de amenaza, todo esto suena a muy mal rollo. Porque claro: ya que vamos a hablar de caza legal, hagámoslo, y sin ningún problema con ello. Pero hay algunos puntos complicados aquí: la caza de especies en peligro, ¿debe ser legalizada sin las posibilidades de un control de área? Mucha gente es consciente de que los cotos de caza tienen, en un trasfondo, una propuesta de conservación de las especies, que se reproducen en espacios protegidos y en temporadas de veta. Pero esto que funciona tan bien sobre el suelo, ¿cómo aplicarlo en el mar? Y para el control de un animal que no puede ser vigilado en áreas establecidas, sino que es migratorio.
Yo no se si haga mucho eco, pero al menos desde aquí voy a dejar colgado un voto en contra de la legalización de la caza. Si a la caza furtiva va a sumarse la legal, pues yo no sé qué tanto podamos esperar para el futuro de los cetáceos, y en este tipo de casos no creo que haya un argumento económico que valga. Pero tampoco vamos a dejar de ser justos, y todavía en un contexto como este quiero levantar mi vaso, bien lleno, por México, que ya se ha opuesto a la comitiva.
Tampoco se esperen un discurso lleno de llamados morales y de romanticismo de mi parte. No soy uno de los imbéciles de PETA, ni extremista parecido. Creo, sin embargo, en la conservación de las especies, y puedo asegurarles que, desde esa perspectiva, una propuesta como esta puede ser motivo de verdadera preocupación. Abajo, pues, con esos arpones.
Al que no esté al tanto de la noticia, pues ahí les va un panorama general del asunto: la Comisión Ballenera Internacional (CBI), integrada por 88 países, va a reunirse este próximo mes de junio en Marruecos para discutir una propuesta según la cual la caza de ballenas sería legalizada (por primera vez en 24 años, si no me equivoco) por diez años, en forma controlada, y con el curioso argumento de poder tomar las riendas de la situación ballenera actual, pues no pueden controlar los estándares de caza que existen de momento. Bueno, a lo mejor y no estaría de más informarles que, de hecho, la caza actual es en su mayor parte ilegal, descontando las actividades balleneras de países como Japón o Noruega, que practican la caza de ballenas aprovechando los espacios confusos que, entre línea y línea, están en los tratados firmados que prohíbe dicha actividad.
Pero bueno, ¿en qué andamos? ¿Es que acaso los extremistas (algo dados al idiotismo) de Greenpeace llevan la razón? Sea como sea, la situación puede ser alarmante. Les mentiría si les dijera que estoy cien por ciento al tanto de los pormenores (especies y territorios que se proponen para legalizar la caza, por ejemplo), pero lo cierto es que, tomando en cuenta que prácticamente no hay especie de ballena que no esté en peligro de extinción, o siquiera en estado de amenaza, todo esto suena a muy mal rollo. Porque claro: ya que vamos a hablar de caza legal, hagámoslo, y sin ningún problema con ello. Pero hay algunos puntos complicados aquí: la caza de especies en peligro, ¿debe ser legalizada sin las posibilidades de un control de área? Mucha gente es consciente de que los cotos de caza tienen, en un trasfondo, una propuesta de conservación de las especies, que se reproducen en espacios protegidos y en temporadas de veta. Pero esto que funciona tan bien sobre el suelo, ¿cómo aplicarlo en el mar? Y para el control de un animal que no puede ser vigilado en áreas establecidas, sino que es migratorio.
Yo no se si haga mucho eco, pero al menos desde aquí voy a dejar colgado un voto en contra de la legalización de la caza. Si a la caza furtiva va a sumarse la legal, pues yo no sé qué tanto podamos esperar para el futuro de los cetáceos, y en este tipo de casos no creo que haya un argumento económico que valga. Pero tampoco vamos a dejar de ser justos, y todavía en un contexto como este quiero levantar mi vaso, bien lleno, por México, que ya se ha opuesto a la comitiva.
Tampoco se esperen un discurso lleno de llamados morales y de romanticismo de mi parte. No soy uno de los imbéciles de PETA, ni extremista parecido. Creo, sin embargo, en la conservación de las especies, y puedo asegurarles que, desde esa perspectiva, una propuesta como esta puede ser motivo de verdadera preocupación. Abajo, pues, con esos arpones.
2 comentarios:
Me parece una insensatez de proporciones bíblicas la que propone el CBI. Es saltar voluntariamente de la sartén al fuego y, aún más, es echarle sal a las heridas. Por varios años no han podido controlar y ni siquiera disminuir la caza ilegal de ballenas, ¿y ahora quieren legalizarla? Están majaretas, como diría Obelix. Luego de leer hace un par de años sobre la declaración de extinción de un delfín nativo del sureste de Asia, recé para nunca más tener que leer una noticia así, y ahora hay que vérselas con los idiotas que "guían" el mundo para meter la para nuevamente. Ojalá pueda estar ahí para reírme en sus caras, putearlos y decirles "se lo dijimos" cuando declaren (Dios quiera que no) la extinción de uno de esos magníficos seres del mar.
Poner la voz en el cielo para exclamar "Free Willy!" nunca tuvo más sentido. La pura verdad es que buscar argumentos para tomar medidas como esta me parece, por diversos motivos, un gran lapsus de cojudez absoluta. En cuanto al CBI, pueden meterse sus ideas por el culo.
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