Pues contestemos desde ya que ambas cosas. Y no veo cómo podría caber la menor duda: al que le guste y al que no, no hay forma de no reconocer el talento, y yo diría sin dudarlo un segundo que el genio, de alguien como Javier Gurruchaga (que es tan hombre como personaje, porque sabe jugar a ser el bufón de la corte sin soltar por un segundo el puñal). Alguien que, todos lo sabemos, nació para el epectáculo, para ser el centro de todas las miradas siempre que a él le de la gana de serlo.
Yo, que he tenido que cumplir el destino de ser peruano, no he sabido de él más que por su quehacer como líder (alma, lengua, y todo eso que decía Joaquín Sabina) de la Orquesta Mondragón, cuya Caperucita feroz me ha acompañado en más de una noche de copas. Y aunque es portador de ese vozarrón de presentador de circo o cabaret, y como cantante no tiene nada que envidiar a nadie, él mismo nos dirá que la labor de letrista no es su mayor don. Las mejores letras de la Mondragón son obra de Joaquín Sabina, aunque nadie como Gurruchaga para llevarlas a escenario, y con eso es más que suficiente. Pero ese no es el único Gurruchaga; o, mejor dicho, la única máscara de ese set de repertorios para baile de disfraces que es Javier Gurruchaga.
Con el paso de los años, y gracias a la aparición de Youtube, he podido gozar, también, de sus quehaceres como presentador de televisión, donde no ha dejado perro con cabeza ni gato con tres patas. He de decirlo: siempre he sentido una admiración y una fascinación increíbles por la sátira y, más aún, por los autores que la hacen posible. Como género, la sátira es especialmente difícil: implica una gran lucidez, buen conocimiento de la situación actual y, por si fuera poco, sentido de la crítica, de la autocrítica y del humor. Y Gurruchaga cumple con todos los requisitos. Sus parodias de cultura y política, así como sus entrevistas (que a menudo no perdonan a nadie, y que siempre son divertidas) son una obra maestra de la televisión del siglo pasado, y hay más de una que lamento no haber visto (si alguien la consigue, cuelgue en la web la entrevista que le hizo a Camilo José Cela, que dicen es legendaria).
Un hombre capaz de convertirse a sí mismo en la caricatura más efectiva, tiernamente cruel y sanguinariamente divertida, merece aplausos, creo yo. Ya lo dije: uno puede detestarlo si quiere, pero al menos no podrá dejar de reconocer que lo que tiene, lo tiene bien puesto. Gurruchaga, solo, es un universo sin misticismos y lleno de falsos pasajes, como una gran sala de espejos en el circo, donde todo el tiempo nos vemos a nosotros mismos y a la realidad que nos rodea deformados, mas no menos reales. Yo no voy a dudar un segundo en brindar en su nombre, y con el vaso de cerveza a rebozar. Mucho menos ahora que la Orquesta Mondragón ha vuelto a aparecer con un disco nuevo, El maquinista de la general, del que sólo he escuchado una canción, aunque espero pueda llegar pronto a mis manos (alguno de mis amigos en España, si me lee, ya saben qué quiero por estas navidades). Olé, Gurruchaga.
¿Falta algo? Pues aquí les dejo un video, el primero de los tres que conforman la entrevista que le hizo Ferrán Monegal en su programa "Telemonegal" hace unos años, y que se centra en las parodias políticas de Gurruchaga (no deje el espectador de notar, sobre todo hacia el final de la entrevista, las solapadas que le manda Javier a Monegal).
Yo, que he tenido que cumplir el destino de ser peruano, no he sabido de él más que por su quehacer como líder (alma, lengua, y todo eso que decía Joaquín Sabina) de la Orquesta Mondragón, cuya Caperucita feroz me ha acompañado en más de una noche de copas. Y aunque es portador de ese vozarrón de presentador de circo o cabaret, y como cantante no tiene nada que envidiar a nadie, él mismo nos dirá que la labor de letrista no es su mayor don. Las mejores letras de la Mondragón son obra de Joaquín Sabina, aunque nadie como Gurruchaga para llevarlas a escenario, y con eso es más que suficiente. Pero ese no es el único Gurruchaga; o, mejor dicho, la única máscara de ese set de repertorios para baile de disfraces que es Javier Gurruchaga.
Con el paso de los años, y gracias a la aparición de Youtube, he podido gozar, también, de sus quehaceres como presentador de televisión, donde no ha dejado perro con cabeza ni gato con tres patas. He de decirlo: siempre he sentido una admiración y una fascinación increíbles por la sátira y, más aún, por los autores que la hacen posible. Como género, la sátira es especialmente difícil: implica una gran lucidez, buen conocimiento de la situación actual y, por si fuera poco, sentido de la crítica, de la autocrítica y del humor. Y Gurruchaga cumple con todos los requisitos. Sus parodias de cultura y política, así como sus entrevistas (que a menudo no perdonan a nadie, y que siempre son divertidas) son una obra maestra de la televisión del siglo pasado, y hay más de una que lamento no haber visto (si alguien la consigue, cuelgue en la web la entrevista que le hizo a Camilo José Cela, que dicen es legendaria).
Un hombre capaz de convertirse a sí mismo en la caricatura más efectiva, tiernamente cruel y sanguinariamente divertida, merece aplausos, creo yo. Ya lo dije: uno puede detestarlo si quiere, pero al menos no podrá dejar de reconocer que lo que tiene, lo tiene bien puesto. Gurruchaga, solo, es un universo sin misticismos y lleno de falsos pasajes, como una gran sala de espejos en el circo, donde todo el tiempo nos vemos a nosotros mismos y a la realidad que nos rodea deformados, mas no menos reales. Yo no voy a dudar un segundo en brindar en su nombre, y con el vaso de cerveza a rebozar. Mucho menos ahora que la Orquesta Mondragón ha vuelto a aparecer con un disco nuevo, El maquinista de la general, del que sólo he escuchado una canción, aunque espero pueda llegar pronto a mis manos (alguno de mis amigos en España, si me lee, ya saben qué quiero por estas navidades). Olé, Gurruchaga.
¿Falta algo? Pues aquí les dejo un video, el primero de los tres que conforman la entrevista que le hizo Ferrán Monegal en su programa "Telemonegal" hace unos años, y que se centra en las parodias políticas de Gurruchaga (no deje el espectador de notar, sobre todo hacia el final de la entrevista, las solapadas que le manda Javier a Monegal).
4 comentarios:
Tuve la suerte de verlo en Vivo con la Orquesta Mondragon en el ya fenecida Feria del Hogar (el Famosos Estelar) haya por el año de 1988, la primera vez que lo escuche fue con su gran disco "Ellas las Prefieren Gordas", mas que disco fue un antiguo casete que compre cuando era chico en Ciudad de Mexico, Luego otro gran disco fue "El Huevo de Colon" no lo he gozado como presentador, dato aparte participa en el video de la canción "Es Mentira" del Maestro Sabina. Un Grande, a ver si conseguimos su ultimo disco en alguna discotienda perucha (por no decir polvos azules o el hueco). Merecido homenaje.
Sí... hace ya un tiempo que venía pensando en escribir algo sobre Gurruchaga. Sería genial volver a tenerlo por estos lares. Y dicho sea de paso, el videoclip de una de sus nuevas canciones (se llama, con cierto guiño, "Por qué no te callas") está en Youtube.
Gurruchaga es uno de esos tipos del Renacimiento, que igual te cose un huevo que te fríe un calcetín... Aquí fue celebradísima su irreverente sección en el programa "La bola de cristal"; que era para audiencias juveniles y el tipo sacaba a una enana vestida de pornochacha... Para que veas lo que ha cambiado la censura en España en treinta años... De su faceta musical creo que viene a ser una imposible mezcla entre Ian Dury y Klaus Nomi, pero castizo y desvergonzado... Un crack al que se le ha hecho el vacío desde hace un tiempo... Me alegra que te acuerdes de él...
Se agradece el comentario, compadre. Y creo que Gurruchaga es de los que siempre es bueno recordar. Un abrazo.
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