Creo que un grupo con la envergadura de Yes no necesita presentación alguna. Oigan, que hablo de una de las bandas más jodidamente grandes del panorama de la música universal, otros planetas incluídos, y le debemos tanto a sus canciones que nadie tiene derecho a hacerse el loco y mirar hacia otro lado. Hablo de sonidos clásicos fundidos en composiciones de absoluta experimentación, de canciones hechas para la inmortalidad y de músicos de genio, versatilidad y talento como para hacer morir a dios en persona. De más está decir que se trata de una de mis bandas preferidas, o que el eco de su música atraviesa muchos de los recuerdos que guardo de mi adolescencia preparroquiana. En cuanto al tema que he elegido para echar a rodar este sábado, como quien pone música de fondo al limbo, se trata de una de las más conocidas de su repertorio, I've seen all good people, que casi todo el mundo debe recordar, y que yo seguiré escuchando hasta el fin de mis días. Es el lado luminoso del progresivo en su esencia más pura, elegida especialmente para todos esos hombres de poca fe y declarados impuros a los que tengo el honor de poder llamar mis lectores. ¡Ah! Y no puedo olvidar la dedicatoria: André D'auriol, donde quiera que te encuentres, espero que tengas un vaso en la mano, porque hay un brindis pendiente, y no soy de los que se hacen esperar por un trago, como tampoco tiemblo ante la inminencia de la resaca. Que se levante el telón, señores.
Al menos para mí
Hace 3 horas
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