Como buen rincón del mundo que es, nuestra triste costa es un buen escenario para la poesía. Sólo que hoy no lo digo con Eielson, Lucho Hernández, Blanca Varela o Vallejo en mente, sino con otro nombre, venido desde el otro lado del charco atlántico, bajo el cual aguarda una de las obras poéticas más originales, íntimamente agresivas y solapadamente auténticas del panorama de las letras españolas: nada más ni nada menos que Benjamín Prado.
Es la primera vez que invocamos por aquí la presencia del poeta madrileño, pero creo que la ocasión no podría ser mejor: al fin y al cabo, Benjamín Prado estará entre nosotros por dos noches en las que le tocará hablar de lo que más le gusta, para nuestra suerte: literatura. Pero vayamos por pasos.
Lo primero es la presentación de una nueva antología, que recopila gran parte de su producción poética, y que suda poesía desde su título: No me cuentes tu vida. Encima, ha elegido hacerla en el máximo templo de la cultura pagana-etílica-tabernaria de nuestra ciudad, La Noche de Barranco, que es el lugar perfecto para acompañar los versos con unas buenas jarras de cerveza. Imperdible.
Después, viene su aparición en el Festival Ñ de Lima, que arrancará con un encuentro cara a cara (o mano a mano, si prefieren) entre el poeta español y Fernando Ampuero, para charlar un poco más sobre la literatura y la vida. Que baste con decir que el título del conversatorio es "Escribir es envolver la calle en un libro". Suena bien, y seguro estará aun mejor.
¿Algo más que decir? Pues eso: que no está como para perderse la ocasión. Yo, por mi lado, aprovecharé el momento para poder presenciar de cerca y en viva voz a esta verdadera figura de la más reciente poesía española, de paso que para tomarme unas chelas mañana en La Noche. Y, por si hay hombres de poca fe entre nosotros, de paso que para que todo el mundo lo disfrute, dejo un poema de Benjamín Prado, para que cada una de sus palabras haga eco en el Café, llenándolo de esa presencia profunda hasta el más oscuro de sus rincones. Una copa en alto desde ya, señores.
Noche Nupcial
Este mundo con trenes que, al alejarse, dejan
como un escalofrío recorriendo el paisaje.
Este mundo con hadas y unicornios
que gobiernan mi piel y viven en tus manos.
El mundo que no existe.
Hoy duermes junto a mí y brillas en la noche,
estatua blanca en el jardín de un sueño.
Mañana no estarás o serás otra.
Mañana, cuando mates ángeles y sirenas.
Mañana, cuando quemes nuestros bosques.
Yo me esconderé en ti como un centauro herido:
El último centauro, el que recuerda
su mundo azul desde una gruta oscura.
Quién será esta mujer a quien hoy doy mi vida.
como un escalofrío recorriendo el paisaje.
Este mundo con hadas y unicornios
que gobiernan mi piel y viven en tus manos.
El mundo que no existe.
Hoy duermes junto a mí y brillas en la noche,
estatua blanca en el jardín de un sueño.
Mañana no estarás o serás otra.
Mañana, cuando mates ángeles y sirenas.
Mañana, cuando quemes nuestros bosques.
Yo me esconderé en ti como un centauro herido:
El último centauro, el que recuerda
su mundo azul desde una gruta oscura.
Quién será esta mujer a quien hoy doy mi vida.
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