domingo, 19 de julio de 2009

De los títulos de las pornos como una de las Bellas Artes


Ya señaló Borges alguna vez que el título es uno de los géneros literarios cuyas posibilidades y límites quedan aún por explotar. Yo, tomándome muy en serio sus palabras, pretendo hacerlo aquí en torno a una de las ramas del género menos tomadas en cuenta por la crítica: los títulos de las películas porno. Muchos, guiados por el prejuicio, el esnobismo o el mero espíritu conservador, dirán de antemano que no hay oro en esta mina, y que mis esfuerzos son no sólo vanos, sino hasta ridículos, pero estoy más que dispuesto a demostrarles cuán profundo es su horror.

Ante todo, cabe preguntarse: ¿a qué tipo de argumentos me enfrento? Puedo imaginarlo: me dirán que los títulos de las pornos son simples, muy poco pensados, apenas grotescas en el mejor de los casos, y muy pobres, literariamente hablando. A todos los que piensen así, yo les digo: bueno, vayan a darse una vuelta por las galerías y los puestos de cine porno y abran bien los ojos. ¿Qué es lo que yo encuentro en los títulos de las pornos? Una mezcla de imaginación, picardía y originalidad, con una dosis de morbo y grotesquería de lo más refinado. Juegos de palabras, hipérboles, metáforas, alusiones... toda una estética literaria, si quieren verlo de esa forma.

Pero no nos quedemos en las explicaciones: pasemos, mejor, a los ejemplos, empezando por uno de los más "literarios". En la lírica, la rima cumple una función específica: en las tradiciones antiguas, ayudaba a recordar los versos, tal como hoy en día funcionan las letras de las canciones. De todos modos, la rima siempre resulta llamativa; en la aplicación pornográfica, es hasta jocosa.
Vino a por trabajo y le comieron lo de abajo, Colegialas en celo aprenden inglés a pelo, El fontanero, su mujer y otras cosas de meter o Ensalada de pepino en el colegio femenino son algunos claros (y lúdicos) ejemplos, dignos de la mejor literatura pícara española. Es decir, cuando uno lee esos versos de Nicolás Fernández de Moratín que dicen: "No puedo menos que aplaudir, Carrasca, / el acorde vaivén de tu galope; / ningún miembro por grande se te atasca, // ¡oh Carrasca, blasón de las pobretas, / de grandes muslos y pequeñas tetas!" (Arte de las putas, canto III), ¿no está ante el mismo juego de humor, lujuria y picardía? ¡Y estamos hablando de un clásico, de la mejor literatura!

Pero ya que hablamos de la mejor literatura, ¿qué hay de esos inspirados por la mejor literatura, o por clásicos del cine? Aquí cabe citar algunos títulos ilustrativos: La banana mecánica; Don Pijote de la Mancha; Alicia en el país de las verguillas; Eyacula (Drácula X); Sin bragas y a lo loco; Tetanic; Eduardo Manospajeras; La guarra de las galaxias; El guapo, el feo y el miembro; Rabocop; El Polvo Jurásico; El Club de la Ducha. ¿Como para indignarse? Bueno, si no nos indignamos con adaptaciones tan malas como las que se han hecho de Dr. Jeckyl y mr. Hyde o de los cuentos de Poe, no veo el menor motivo para ello. Además, es una de las mejores formas de hacer algo absolutamente original basándose en un clásico.

Luego tenemos los sucios y los de reminiscencias gore, los crudos y hasta insólitos. Saliva sensual; Operación anal en la golfa; Los negros las prefieren blancas; Con el rabo entre las piernas; Sodomízala, negro; Cariño: tengo la regla; Torpedeadas por la popa; El potro se desboca; Chancho Sex; Putas de infarto son sólo algunos ejemplos. ¿Sucio? Definitivamente. ¿Malo? De ninguna forma: hay una estética del morbo, de lo sucio, de lo insólitamente perverso en juego. Pienso en el Marqués de Sade: un escritor sucio, no sólo inmoral sino inmoralista, amante de las palabras crudas y de las situaciones repulsivas. En sus tiempos, él y sus obras eran muy mal vistos; hoy, es un clásico que todo hombre culto tiene que haber leído. El tiempo a veces se equivoca; los lectores, como individuos, no. ¿No podría haber sido él autor de todos esos títulos? O tomemos otro caso: el de Alexandr Afanásiev. Fue un escritor ruso que, a mediados del siglo XIX, se propuso la tarea que ya habían realizado los hermanos Grimm en Alemania de recuperar y recopilar las historias tradicionales de su nación. Estas historias (cuya lectura recomiendo) llevan algunos títulos muy curiosos y divertidos, tales como "La polla caliente", "El coño y el culo", "La señora excitada", "Como los perros" o "El soldado duerme, pero la polla trabaja" (la traducción es, obviamente, española). ¿Qué me dicen de todo eso? ¡Y son historias muy viejas, en la mayor parte de los casos medievales! Títulos sucios, grotescos y explícitos, pero llamativos, capaces de generar un deleite único y, quién lo duda, perverso. También está Nicolás Restif de la Bretonne, contemporáneo (y enemigo) de Sade, que narró, con mucha elegancia y genial estilo, correrías sexuales e historias de deseo y lujuria, casi siempre con temáticas de pedofilia e incesto, y bajo títulos como El pornógrafo o Sara o la última aventura de un hombre de cuarenta y cinco años. El último (y obvio) ejemplo sería el de Bukowski: "¡Violación, violación!", "Un coño blanco" y "Doce monos voladores que no querían fornicar adecuadamente" (este último es uno de los mejores cuentos de Bukowski) son los títulos de algunos de los cuentos reunidos en el libro Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones. ¡Y miren de qué autores hablamos, joder!

Así que ya lo saben: a guardar los tabúes en el armario y a mirar con nuevos ojos todo el arte que encierra el título porno. Ya los pusimos al lado de los de algunos escritores de genio universalmente reconocido, y han demostrado merecer su lugar en el mundo; de todos modos, el solo examen de los títulos bastaba, creo yo. En fin, que espero haber hecho notar la calidad y la validez histórico-literaria de tal fenómeno; o, al menos, de haberles dado a mis lectores unos minutos de diversión y unas cuantas risas.

2 comentarios:

Lucho - Pukaruna - dijo...

Geniales desde luego! Es todo un arte, aunque has dejado de lado algunos títulos clasicos como: "Arma rectal", "Tócamela otra vez, Sam" y el clásico: "Mujeres al borde de un ataque de miembros"; "Las bolaZ del dragón", "Nabos de chocolate, almejas de nata". "Con Heidi todos cantan el tiroliro" y "Por el camino de la perdición IV".

Santiago Bullard dijo...

Jajaja, muy buenos esos; si, si... es cierto que he dejado muchos de lado... También faltaron "Pene de muerte", "Los Pichapiedra", "Las novatas de abren de patas", "Chicas inocentes taladradas sin piedad" o "Señor negro, no sé si me va a caber todo eso", entre otros, pero es que ya faltaba el espacio, ¿no? En fin, Lucho, gracias por la colaboración, jaja.

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