Que algo quede claro: que en este pecho, y por ende aquí también, en el Café de Desenuentro, siempre habrá un espacio reservado para la más verdadera dueña de mis días y mujer de mi vida: sí, mis queridos contertulios e insignes parroquianos, estoy hablando de mi madre. Mujer a la que debo algo más que el haber nacido, porque eso puede ser lo de menos: lo que de verdad le tengo en deuda son tantos años de cariño, paciencia, dedicación y esfuerzo, que sé que nunca podré terminar de pagarle, aunque pienso morir en el intento. Hablo de la mujer que, cuando yo era un pequeñín, se sentaba al costado de mi cama para narrarme historias (hasta en esto supo ser original, porque para mi hermana y para mí nunca hubo caperucita roja y los tres cerditos, sino mitos y tragedias griegas -mi favorita, lo recuero bien, era la hstoria de Prometeo-, y a veces el resumen de alguna novela, como La perla de Steinbeck); llegaba, también, un momento en el que ya no sabía que contarnos, y ésa fue la noche en la que nos hizo a mí y a mi hermana inventar y narrar los cuentos en su lugar. Díganme ustedes si se puede tener una mejor. Por supuesto que tenemos, todavía, nuestras discrepancias: ella entrando en mi habitación y acusándome de ser un decadente mientras yo hago una apología de mis costumbres, y casos similares... Pero no sólo es lo de menos, sino que lo agradezco, siempre, infinitamente. Encima, es la mujer más guapa que haya puesto pie sobre la tierra, la mejor conversadora con la que se puede compartir una taza de café y una de las mejores bromistas que hay, con ese humor tan negro que se guarda, y que saca a relucir si la ocasión lo amerita. Como ven, le debo mucho más que el haberme traído a este mundo, que contra todo lo demás es nada. Mañana es día de la madre, señores, y por eso esta sesión sabatina se la quiero dedicar a esta mujer, por el solo hecho de tener el gusto de poder llamarla madre, a ella "que se llama Soledad"...
sábado, 7 de mayo de 2011
La del sábado: Joaquín Sabina - "Que se llama Soledad"
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7 comentarios:
Veo que compartes conmigo un profundo amor por la madre, además de respeto. Y aunque eso pudiera parecer común a todos, tristemente no lo es tanto...
Fuere como fuere, brindo por Soledad, hacedora de mitologías y Santiagos.
Me gustó mucho este blog. Quisiera seguir leyéndolo. Saludos.
Chus: Y encima muy, pero que muy guapa. Eso del complejo de Edipo lo escribió Freud pensando en mí, jaja.
Xixe: Bienvenido, pues, y qué bueno que te guste. Se hace lo que se puede.
Unas bonitas palabras y una guinda cojonuda con el vídeo de Sabina.
Abrazos, Bullard. Eres grande.
Tripi, qué gustazo, hombre, tenerte por mis pagos. El clima maternal se ha impuesto en esta, pero a la próxima le voy a poner más limón que miel.
Un abrazo, hermano.
Santiago, mi madre se llama Consuelo, ella odia su nombre pese a todo el significado que atesora y que define perfectamente lo que ella ha sido y es siempre para mí. MrMierdas y yo mismo la idolatramos. En España fue el día de la Madre el pasado 01 de Mayo (primer domingo de Mayo), al coincidir con el día del trabajador olvidé homenajear a la mia mamma como se merece. Pero hoy aquí, amparado por el calor de tu entrañable post, me permito dedicarle otra canción hermosa. Su canción favorita:
http://www.youtube.com/watch?v=ORx5YLJjDgE
Lombri, hermano, pues una copa en alto por Consuelo entonces. Porque por muy trillado que suene, la pura verdad es que es cierto eso de que a las madres les toca la labor más jodida del mundo: soportarnos a nosotros, sus hijos. Muy bien elegida la canción; yo no la había escuchado, pero me gustan mucho ese tipo de canciones.
Respecto a la de Sabina, mi madre siempre nos decía que, sin saberlo, Sabina la había escrito para ella. Después salió un comentario de Sabina diciendo que la canción estaba dedicada a una muejer que no se llamaba Soledad, y se lo comenté a mi madre, y todo lo que me dijo fue: "Bueno, que diga lo que quiera, pero si le puso Soledad en la canción, es por algo".
Un abrazo, como siempre.
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