sábado, 23 de enero de 2010

Violencia, reflexión y belleza: Cocco, di Sturco y Giorgi expuestos en España


Si hace unos meses hablábamos de la fotografía de Sanders y Lee Miller, hoy, si queremos ponernos al día y tomar un tema de actualidad, bien podríamos hacerlo volviéndonos hacia los tres fotógrafos cuya obra va a ser expuesta en La Casa Encendida. Se trata de los italianos Francesco Cocco, Giulio di Sturco y Pierluigi Giorgi (a estos dos últimos acabo de descubrirlos), que acaban de ser premiados en España con el XIII Premio de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña por sus desgarradoras series. (Fuente: El País)
La de Cocco (hace tanto tiempo que quiero hablar sobre él) merece una atención especial. Este hombre, que ya ha realizado proyectos en minas chinas y en prisiones, está exponiendo su muestra titulada Afganistán, producto de un crudo trabajo con la cámara en este país arrasado por la violencia y la masacre. En sus fotografías, sin embargo, la violencia adquiere un matiz especial y una estética particular que las hace una fuente de difíciles pero muy profundas reflexiones.
Giulio di Sturco, por su lado, fue galardonado por sus fotografías de las inundaciones en el estado Indio de Bihar. "Lo que más me impactó fue ver a una mujer y su hijo sentados en un campamento, sin hablar y sin moverse. No podía comunicarme con ellos, era muy duro ver esa absoluta soledad de haberlo perdido todo en los ojos de la mujer", relató el fotógrafo.
Finalmente, tenemos a Perluigi Giorgi, al que acabo de descubrir, y que ya se ha ganado un puesto entre mis fotógrafos favoritos. Su serie sobre los marginados rumaníes es, verdaderamente, fascinante y cruda, y su tríptico fotográfico del que habla en la nota de El País me ha dejado marcado.
Hasta aquí, la noticia. Francesco Cocco, Giulio di Sturco y Perluigi Giorgio son tres fotógrafos que merecen una mención especial, ciertamente, y espero que ningún español esté pensando en perderse la muestra, ya que la tienen a mano (lo que daría yo por estar en esos lares, de paso que me serviría para echarme unos tragos con algunas personas a las que no veo hace demasiado tiempo). Lo que resta, sin embargo, es preguntarse por esta extraña estética de la violencia: nos enriquece, nos perturba, nos fascina. Prefiero una fotografía de decapitados que una de flores, pero, ¿por qué? Acaso se trate del reconocimiento, a la vez, de nuestra propia condición humana, de nuestra íntima ridiculez existencial, y del morbo que se apodera de nosotros ante realidades semejantes. Sé que hay quienes observan esta fotografía con esperanzas: la formación de una consciencia acerca de la realidad, etcétera... y no lo voy a negar, pero hay que reconocer los límites de cada cosa. La esperanza de la humanidad no sobrevive más de una semana, un par de años, y luego volvemos a aprender que la paz no es sólo imposible, sino que a largo plazo bien podría no servir para nada, como ninguna otra utopía (si no, pregúntenselo a Huxley).
En fin, lo cierto es que esta estética está allí, y estos fotógrafos nos ofrecen una exploración de sus límites, de paso que de los de nuestra condición existencial. ¿Será posible que esas muestras lleguen un día hasta las costas peruanas? ¿Tendré que echar la vista al suelo, resignado, cada vez que leo acerca de las exposiciones que se preparan en los demás países? De todos modos, le recomiendo a todo el que pueda que se de un salto por La Casa Encendida. Va a estar bueno.

Fotografía: un perro ha sido mutilado por una bomba en Kabul (Francesco Cocco, serie "Afganistán") Fuente: francescococco.com

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...