domingo, 11 de octubre de 2009

Rubén Blades en Lima: algo más que un concierto


Si: definitivamente fue algo más que un concierto... Desde el momento en que empezó a sonar el sintetizador y las notas del vibráfono dibujaron la introducción de El padre Antonio y el Monaguillo Andrés, una sensación cálida llenó nuestros pechos mientras una emoción imparable se apoderaba de todos los cuerpos. Y las voces, al unísono, recibieron entre gritos de júbilo y cantos a Rubén Blades, ese panameño que, de alguna forma, se ha convertido, para muchos, en el equivalente de la Conciencia de Latinoamérica. Y digo esto más allá de la política (que, nadie lo duda, a Blades le interesa muchísimo), sino anclándome en lo directamente vivencial, en esa capacidad para captar los escenarios y las emociones de los personajes de esta américa latina en la que vivimos con tal precisión, no pocas veces sordidez y, siempre, ternura.
Por motivos que, creo, nadie conoce, pero que todos agradecemos, las canciones de Blades se han convertido en himnos que, todo a lo largo de América Latina (y aún en muchos casos del otro lado del Atlántico), se han convertido en verdaderos himnos. No muchos artistas pueden jactarse de ese logro (Charly García, Serrat, Chabuca Granda, Violeta Parra y Gardel también forman parte de esta lista), y, ciertamente, el título que se ha ganado como el "Poeta de la Salsa" le va muy bien, excepto porque Blades es algo más que un salsero, y no teme a la fusión ni a los ritmos lentos y hasta acústicos.
¿Y el concierto? Ya lo dije: muy, muy emotivo. La presencia de Seis del Solar, la banda con la que tocó Blades durante muchísimos años y con la que grabó algunos de sus mejores temas, tuvo algo que ver en ello; luego, estuvo la genial actuación de solista y músicos sobre el escenario (porque Blades no se dejó en casa las maracas); y, finalmente, el repertorio, que además de temas icónicos como Pedro Navaja, Muévete, Plástico o Todos Vuelven (que nosotros los peruanos sentimos muy especialmente, por ser tan nuestra), no faltaron algunas sorpresas inesperadas: Las cuentas del alma (que es de sus mejores), Patria y la que, por la ocasión, era obligatoria (y que acaso sea la mejor de su repertorio), Buscando América.
En fin, casi tres horas y media en las que la música no se detuvo si no era para que Blades pudiera decir unas palabras (no faltaron algunas, dicho sea de paso, para el Zambo Cavero, al que dedicó el concierto). Creo que sólo resta decir, para terminar, una cosa: muchas gracias, Rubén, y vuelve pronto.

Adjunto un videíllo, una presentación en vivo de Rubén Blades de hace varios años, en Nueva York, interpretando Las cuentas del alma (formidable solo de piano).


3 comentarios:

Arturo Bullard dijo...

Buen Concierto Sobrino, la pasamos de la PM, a ver si regresa algun dia Rubén a Lima

Arturo Bullard dijo...

Conciertazo Santiago, la pasamos de la PM, regresara algun dia Blades por nuestro terruño????

Santiago Bullard dijo...

Realmente impresionante... Esperemos que lo haga, como él mismo dijo que esperaba hacerlo.

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