domingo, 4 de octubre de 2009

Jean Delville: un enigma eterno


Ni las páginas de los muchos libros que se han escrito sobre historia del arte ni el mundo de la crítica parece recordarlo; y, sin embargo, las obras de Jean Delville siguen ahí, como una mirada hiperconcentrada y desgarradora de los universos ocultos, del pasado y del infierno. Con mucho de cristiano trágico enlazado a otro mucho de pagano, y con un delicioso sabor a gnosticismo, las pinturas de Delville parecen deleitarse ante los hechos atroces y simbólicos, como los poemas de Baudelaire, de cuya "escuela" fue deudor.
Pero, ¿quién fue Delville? De su biografía se puede decir algunas cosas: que nació en Bruselas en 1867 y que murió en 1953; que fue un pintor con un gran talento y de una mirada bastante particular; que escribió sobre ocultismo y que, desde muy joven, se interesó en la teosofía (que hoy a derivado en la antroposofía, sobre todo a través de Rudolf Steiner), que marcó su vida y su obra. Una obsesión con la búsqueda de un orden estético del universo parece haberlo impulsado a través de toda su vida.
En su obra, se encuentran en un mismo plano el simbolismo, la perspectiva esotérica y la teosofía, con una armonía ambigua y original, que de alguna forma sospecho ha influenciado mucho, directa o indirectamente, sobre la obra de pintores tales como Tola o
Giger. Y porque merece un espacio en la memoria es que escribo estas líneas: su tradición y su estética no son las corrientes, pero eso no evita que sean fascinantes e irresistibles. Recordar y acusar este olvido es el fin de esta nota, a la vez que llamar la atención sobre este enigma constante llamado Jean Delville.

Imágenes:
Arriba: "Los tesoros de Satanás"
Abajo: "La rueda de la fortuna"


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