domingo, 27 de diciembre de 2009

Una historia de amor y pornografía


Repasemos el argumento: Lisa Brand y Tommy Barnes se aman profundamente hace muchos años; viven juntos, tienen cuatro hijos y son, pese a la escasez de recursos, felices. Lo único que les molesta es no estar casados; y, ya que quieren casarse, ¿por qué no cumplir el sueño de su vida conjunta y hacerlo a la grande, celebrando una boda de cuento de hadas? Hasta aquí, el argumento es como el de una novela inglesa del siglo XIX (muy Charles Dickens, muy Jane Austen); entonces, entra en juego el giro bukowskiano: como no tienen el dinero suficiente para hacer realidad sus sueño, deciden conseguirlo a través de una de las empresas más lucrativas del mercado, la pornográfica.
¿Tan tirado de los pelos que es genial? Ternura, sordidez, dilema ético, erotismo: ¿a quién se lo podía ocurrir una trama semejante? Quizá a Lawrence Durrell, pero en esta ocasión no es así. La trama la urdieron sus propios personajes, Lisa Brand y Tommy Barnes, una pareja de ingleses que ya ha participado en tres películas pornográficas (y tienen en mente realizar cuatro más) con tal de hacer realidad su matrimonio ideal. No, no estoy reseñando una novela: estoy comentando una noticia que leí en la página de 20minutos (www.20minutos.es), una historia real donde el amor y los gemidos fingidos encuentran un lugar común entre las sábanas y frente a las cámaras.
Pero eso no es todo: sus seres queridos (amigos, familia e hijos) entienden y hasta apoyan a la pareja, que al fin y al cabo es perfectamente libre de elegir por qué medios llegar a sus sueños. ¡Y qué medios! Escenas en van desde un trío hasta otras en las que Lisa vierte cera caliente sobre el pecho de su marido, o lo aporrea en el culo con una pala: ¿quién dijo que la sordidez excluye la ternura?
Porque restaría escuchar las opiniones de la pareja: según ellos, participar en estas películas no sólo les va a permitir realizar la boda de sus sueños en una playa de Cancún en junio del próximo año, sino que además les ha permitido conocerse mejor y hacerlos sentir más unidos. ¿Qué problema moral habría entonces? Porque lo cierto es que a los únicos que tiene que preocuparles las consecuencias éticas de este asunto es a la pareja misma, y toda opinión ajena no es más que eso, una opinión ajena. Lo que cuenta, al final, es que ellos y sus familias están muy bien con la decisión que han tomado, y que todas las señoronas inglesas escandalizadas y sudorosas se guarden sus comentarios: donde ellas puedan ver un problema, pues no lo hay. Tan simple como eso.
Siempre defendí la pornografía por múltiples motivos (muchos de ellos los he anotado antes en este blog); ahora, he encontrado uno nuevo en esta historia, una de las más originales de amor que recuerde haber leído. Obviamente, hay que hacer un brindis por esta pareja, y desearles lo mejor. Y los que denuncian a la pornografía sólo por el hecho de existir, pues piénsenselo dos veces.
Adjunto la nota que ha aparecido en www.whatsonxiamen.com, para que los que quieran informarse un poco más. La pura verdad, es que la historia me encanta.

Lisa Brand and Tommy Barnes have earned £1,300 from three X-rated movies and plan to make four more to raise cash for a beach ceremony in Cancun, Mexico, next June.


The pair, who have four children, have played a photographer and lingerie model who strip for a romp, and also appeared in a threesome.


Lisa, 34, even dripped hot wax on Tommy's chest at a motorway service station hotel to recreate a scene from Madonna's 1993 movie Body of Evidence.


She also spanked him with a paddle. She said: "I was laughing my head off."


"I have told my mum and most of my friends. They understand. It's always been our dream to have a fairytale wedding."


Tommy, 36, added at Macclesfield, Cheshire: "It's our five minutes of fame - something to look back on when we're older. It has brought us closer together."


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