jueves, 20 de junio de 2013

Y que no se diga el silencio.

Ya lo cantaba la Durcal: cómo han pasado los años. Sólo que yo no voy a mandar el siguiente verso de la canción, porque hay cosas que, por suerte, no cambian. La misma copa en alto, el mismo pesimismo cargado de buen humor criollo, las mismas ganas de echarse unas risas. Aunque ahora, también, con una carguita de culpa, como si fuera una resaca (que estoy seguro me dirá más de uno que está de más, porque el cariño, como las ganas de meter caña, tampoco cambia) por haber andado tan desaparecido de un tiempo a esta parte. Lo dijo Mafalda (sí, la de las tiras de Quino) una vez: que a menudo lo serio no deja tiempo para lo importante. 
Lo importante, sí. Porque para mí lo importante, más allá de lo que uno pudiera o no escribir en una página de estas, es lo que se ha venido manifestando, por tanto y tantísimo tiempo, entre comentarios y dedicatorias. La amistad, carajo, que de eso se trata el asunto, y lo digo sin más rodeos. Y, por eso, creo que tendría que dejarme de cojudeces, sacudirme la flojera que se acumula sobre los hombros (ras ras, diría Tripi) y escribir, siquiera, una vez por semana. O dos al mes. O algo así. 
¿Lo haré? Ni puta idea. No vengo a dejar plantadas aquí promesas de esa alcurnia. Tal vez lo intente. ¿Por qué no? En pocas palabras, que lo que me trae a estos ámbitos de la blogósfera, hoy por hoy, no son esa clase de "bisnes". Pa' na'. La única razón por la que caigo por aquí esta noche, por muy cursi que suene (porque suena cursi, y tal vez lo sea, y la pura verdad es que me importa un carajo) es a decir que no me olvido de los buenos momentos, ni de las madrugadas eternas, ni de los nombres (o, en su defecto, los nombres de usuario) de los amigos, la pequeña secta con aires de familia que, a trancas y barrancas, hemos ido armando con tanto gusto. Se lo dije a Mister Mierdas aquí mismo, en una tabernita de Barranco en mi Lima natal. Y se los digo a todos, con el páncreas en la mano, la sonrisa dibujada en el rostro y la copa, como tiene que ser, bien alta. Olé. 

Y no, no voy a dejar por aquí la versión de "Cómo han pasado los años" por Rocío Durcal. Voy a dejar una criollaza de por mis pagos, que para eso están. (Y porque bueno, pirata por aquí hay más de uno). 


5 comentarios:

fiona dijo...

churriiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!

¿No sabes que de las sectas no se sale nunca?

Nosotros tampoco nos olvidamos de tu nombre, Carlos...digoooo, santi, jajajaj.

Me alegro de verte de vuelta.

Esa copa!!!

1besico!

Santiago Bullard dijo...

Jajaja! Pues es verdad, eso de las sectas... hasta miedo me da. Pasa que anoche, no sé por qué, me tocó una de esas en que los pasillos te la ponen a cara o cruz entre la nostalgia y las ganas de echar un par de carcajadas. Habrán sido las cervezas, digo yo, o es que me va a venir la regla (cosa que espero no suceda, o me va a entrar una confusión que no te cuento).

Lo que he estado pensando es que, ya que no me da la vida para sentarme a escribir en paz, sobre todo desde que tengo que publicar un artículo semanal sobre temas culturales, pues que al menos podría publicar esos artículos, ¿no? Como quien se mantiene en el aire, jaja.

Un beso! Guapa!

Tripi dijo...

BULLAAAAAAAAAAAAARD!!!

Rediós, BULLAAAAAAAAAAAAARD!!!

Desde mi móvil...o sea sólo tres palabras:

BULLAAAAAAAAAAAAARD, LA POLLA MÁS DESEADA DE PERÚ!!!

Ostiaaaaas, Santi, tú crees normal que después de estar seis meses sin escrbir empieces un post habalando de la puta Rocío Jurado?

Esa copa, folladoooor!!!

Soy Tripi y apruebo este mensaje.

Tripi dijo...

La ostia puta, rectifici, no era la Jurado, era la Durcal.

BULLAAAAAAAAAAAAARD!!!

Soy Tripi y apruebo también este mensaje.

LUZMA dijo...

santiago...mira con lo que me encuentro...resucitasteee
si es de tiempo, hasta donde me acuerdo me debes una te acuerdas??
te escuche por primera vez en "3G" de ahi te estoy siguiendo :)

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