miércoles, 14 de abril de 2010

El retorno de Cartier-Bresson


Una noticia interesante (de esas de las que me entero sin que me sirva de mucho, porque todo me queda demasiado lejos, para variar): leo en la página de "Magnum Photos" (www.magnumphotos.com) que acaba de empezar una vasta exposición de la obra de Henri Cartier-Bresson, ese genio de la fotografía documental que, sin embargo, no podemos dejar de considerar un verdadero artista del lente. Y es un notición, porque esto es algo que no sucedía desde hace... ¡algo más de 30 años! Bueno, eso sí no lo sabía, y me parece sencillamente increíble que pueda haber pasado tanto tiempo sin que a alguien se le ocurriese sacar el polvo de las fotografías de un genio como éste.
¿El lugar? Bueno, ya dije que un poquito lejos de estos lares, aunque alguno de los lectores norteamericanos podría aprovechar la cercanía. La exposición se está realizando en el Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York, en doce vastas secciones, con un total de 300 fotografías, de las cuales, informa Magnum Photos, un quinto son desconocidas para el público (en otras palabras, inéditas).
Cartier-Bresson... si, si: un fotógrafo que, definitivamente, dio un par de patadas sobre lo que la gente pensaba que era coger una cámara de fotos. Y es que, por su compromiso con la imágen, Cartier-Bresson es algo más que un gran fotógrafo: es un ejemplo de lo que significa vivir la fotografía. Y, de paso, un maestro, que supo, como lo sabe Francesco Cocco, encajar lo documental con lo estético, para hacer de la imágen algo más que una denuncia: una reflexión, una forma de mirar el mundo, una crítica ya no sólo a lo retratado y lo que lo rodea, sino al espectador mismo, que está más que invitado a cuestionarse. Si no entienden una palabra de lo que digo, están más que invitados a dar un vistazo a sus fotografías de tema urbano o suburbano, donde pasiajes y retratos se convierten, de un modo u otro, en una naturaleza muerta que, sin embargo, no se resigna, y continúa latiendo.
Aunque sea un poco tarde (es decir... ¡treinta años!), y porque más vale tarde que nunca, no puedo dejar de aplaudir esta iniciativa ni, mucho menos, la consecuente retrospectiva fotográfica, muy completa y muy bien armada, por lo que puedo notar a través de Internet. Esta noche, levanto mi copa por la exposición; y, sobre todo, por Henri Cartier-Bresson, que más que bien merecido se lo tiene. Hasta el fondo, muchachos, ¡salud!

Para saber un poco más de la exposición (que lleva por título Cartier-Bresson: The Modern Century), pueden entrar a la página de Magnum Photos, cuya dirección escribí un poco más arriba. Y díganme si la fotografía que está en la cabecera no es, sencillamente, genial en cada uno de sus detalles.

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