
Ninguna imágen le iba tan bien a Joaquín Sabina: regando las rosas con vinagre, y cáptense todas las interpretaciones posibles si se quiere. Hace ya mucho que tendría que haber hablado de esto, pero recién ayer cayó en mis manos Vinagre y rosas, el último disco de Sabina; y, como con todos sus discos, tenía que darme un momento para escucharlo de inicio a fin, cigarrillos en mano, antes de decir nada. Pero eso está hecho, y hay que decirlo: qué discaso.
Escuché más de una crítica mala del disco, es cierto; pero la pura verdad es que he quedado sorprendido. Dicho sea de paso, creo que la de Sabina ha sido una evolución muy interesante: ahora, a sus cuarenta y veintiuno cercanos, ha llegado a un espacio en el que hacer un tema para que se convierta en "hit" ya no parece tan importante, y cada palabra parece estar en su sitio. Porque sí, señores: hay unas letras maravillosas. Otras se tambalean un poco (Tiramisú de limón no termina de convencerme, aunque a lo mejor tengo que volver a escucharla), pero hay unas que demuestran, con creces, la etapa de madurez postsabinesca a la que ha llegado Sabina, como quien se echa unos tragos con su propia caricatura, y brindando a su honor.
Claro que un nuevo disco siempre plantea dudas, y uno enseguida los compara con los anteriores. Pero hay que pasar un poco de eso y fijarse en cada detalle: estas canciones (sobre todo algunas como Viudita de Clicquot, Nombres impropios o Menos dos alas) son verdaderas joyas, obritas maestras. Y no sólo lo digo por la letra: a todos los que acusen a Sabina de que su música es sencilla y poco pensada, échenle una segunda oída, y fíjense con especial atención en los arreglos, que no en vano tiene Joaquín a un Toñito García de Diego y a un Pancho Varona en sendos lados, bien armados de piano y guitarras.
Pero no nos vayamos por las ramas, y digamos claramente que el disco de Sabina está más que muy bien, y mucho mejor de lo que esperaba. Como ya lo dije un poco más arriba, pasa de los "hits" y de los estribillos pegajosos, pero guarda una poesía y unas canciones formidables. Dicho en mis términos, merece más de un par de copas.
Escuché más de una crítica mala del disco, es cierto; pero la pura verdad es que he quedado sorprendido. Dicho sea de paso, creo que la de Sabina ha sido una evolución muy interesante: ahora, a sus cuarenta y veintiuno cercanos, ha llegado a un espacio en el que hacer un tema para que se convierta en "hit" ya no parece tan importante, y cada palabra parece estar en su sitio. Porque sí, señores: hay unas letras maravillosas. Otras se tambalean un poco (Tiramisú de limón no termina de convencerme, aunque a lo mejor tengo que volver a escucharla), pero hay unas que demuestran, con creces, la etapa de madurez postsabinesca a la que ha llegado Sabina, como quien se echa unos tragos con su propia caricatura, y brindando a su honor.
Claro que un nuevo disco siempre plantea dudas, y uno enseguida los compara con los anteriores. Pero hay que pasar un poco de eso y fijarse en cada detalle: estas canciones (sobre todo algunas como Viudita de Clicquot, Nombres impropios o Menos dos alas) son verdaderas joyas, obritas maestras. Y no sólo lo digo por la letra: a todos los que acusen a Sabina de que su música es sencilla y poco pensada, échenle una segunda oída, y fíjense con especial atención en los arreglos, que no en vano tiene Joaquín a un Toñito García de Diego y a un Pancho Varona en sendos lados, bien armados de piano y guitarras.
Pero no nos vayamos por las ramas, y digamos claramente que el disco de Sabina está más que muy bien, y mucho mejor de lo que esperaba. Como ya lo dije un poco más arriba, pasa de los "hits" y de los estribillos pegajosos, pero guarda una poesía y unas canciones formidables. Dicho en mis términos, merece más de un par de copas.
¡Es uno de los mejores disco que he escuchado en mi vida! No sólo de Sabina, sino de la música en general... Muy buena la crítica! :)
ResponderEliminarGracias, Rosario. A mí también me pareció un discaso.
ResponderEliminarExcelente Critica Santiago y Extraordinario Disco, para mi gusto hay un par de canciones un poco flojitas pero en general es un gran CD no hecho para gente que recien quere o se anima a escuchar Sabina (creo que no lo entenderian), sino hecho para gente como tu, yo y muchisimos otros que ya tenemos a SAbina dentro de nuestra sangre, un Sabina que es parte de nuestro dia a dia, de nuestras vidas.
ResponderEliminarUn abrazo
Arturo B
Haré lo posible por conseguirlo.
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